Nombre: Ser Newell Silverhill.
Edad: 18 años.
Altura: 1,71.
Reino: Las Tierras Occidentales.
Casa: Silverhill.
Función dentro de la casa: Cuarto hijo varón de Lord Kenton Silverhill.
Descripción física: Algo bajo y más bien delgado. Piel pálida y pelo rubio oscuro, a media melena. No se le podría definir como atractivo, por tener los ojos demasiado pequeños y cierta asimetría en el rostro, pero tiene una sonrisa bonita y sabe echar unas miradas con las que las damas se ruborizan y a las plebeyas les palpita el corazón. Se mueve siempre con energía, sea para dar una estocada a un enemigo o para coger un vaso de vino. Raro es que no tenga un deje burlón, y cuida bastante su aspecto.
Descripción psicológica: Hay pocas cosas que Newell se tome en serio. La vida está para disfrutarla, y su nacimiento noble, la riqueza de su familia y su natural extrovertido le capacitan de sobra para ello. Nunca está más agusto que en una taberna, riéndose junto a sus amigos y aduladores de algún enemigo común y con un par de cortesanas a su lado. Tiene opiniones fuertes sobre la mayoría de los temas, aunque no le importen; a veces parece que solo dijera cosas para llamar la atención. Sabe que puede reírse de la mayoría de la gente en su cara y no se atreverán a contestarle, aunque, si lo hacen, descubrirán que es rápido con la espada y más aún con el puñal, y que no le tiembla el pulso al usarlos.
Objetivos y motivación: Por ahora Newell no tiene muchas preocupaciones, pero tendrá que empezar a hacer méritos si no quiere que su familia se harte de mantenerle. Quiere demostrarle a su hermano mayor que es listo y un animal social, con la esperanza de que cuando herede le nombre su castellano; le cuesta imaginar una vida más cómoda que esa.
Trasfondo: Newell nunca le importó mucho a su familia; después de todo era el cuarto hijo varón (séptimo hijo contando a sus hermanas), no iba a heredar nada. Le dejaron a su aire durante su infancia, y solo empezó a recibir algo de disciplina cuando, según la costumbre, entró al servicio de Ser Willem Ashmark como paje y más tarde escudero. Era un amigo de la familia, que le enseñó las formalidades de la caballería y el uso de las armas pero, sobre todo, le enseñó a ser un hipócrita; Ser Willem predicaba las virtudes del honor y de la orden de caballería más que nadie y no dudaba en darle palizas por cualquier mal comportamiento, pero también le mandaba traerse a escondidas fulanas a sus aposentos y se emborrachaba con sus amigotes casi cada noche. Acostumbrado a que le concedieran todos los caprichos, tardó en acostumbrarse a esa vida de servicio e incluso así fue una época dura. Cuando el maldito Ser Willem le nombró al fin caballero, hace escasos meses, se le abrió el cielo. Desde entonces, casi lo único que ha hecho ha sido rondar por las tabernas de Lannisport y otras ciudades bebiendo vino dorniense (su favorito), haciendo amigos, haciendo enemigos y cortejando (a veces con éxito) a las camareras. ¡Qué bello es ser caballero!
Equipo: No suele llevar armadura ni ropa de viaje; prefiere la ropa elegante y de buena calidad. Cuando es totalmente necesario lleva una cota de malla (pero no armaduras más pesadas, si puede evitarlo) y un tabardo sobre ella con los colores de su casa; el argén, el anaranjado y el púrpura.